miércoles, 5 de octubre de 2011

Con qué llenar la cantimplora

En los últimos días se viene comentando en la blogosfera la idea de fundar una asociación cuya principal finalidad sería la difusión de los juegos de rol y el consiguiente crecimiento del colectivo de roleros. Podéis leer al respecto en Veinticinco Horas al Día, el blog de Pedro J. Ramos, que lanzó la idea y más tarde la amplió. JMPR también se mojó en Outcasted Project, haciendo un repaso a los pasos legales a seguir para legalizar una asociación nacional.

Lo que comenta Pedro J. me parece interesante. Sobre todo lo de que anteponer los fines a los medios (con permiso de Maquiavelo). En este sentido, me gustaría lanzar una pregunta al aire: para hacer todas las interesantes cosas que se proponen, ¿es necesario fundar una asociación?

Como los bebés, creo que primero deberían darse los primeros pasos, ver si hay gente que, además de estar interesada, colabora realmente. Si se forma un núcleo estable en el tiempo de gente comprometida que curre en el proyecto, entonces creo que sería el momento para fundar la asociación. Por varios motivos.

Tened en cuenta que el proceso de legalización asociativa conlleva unos gastos (en Madrid fácil te puedes plantar en 100 euros, entre unas cosas y otras) y una labor de mantenimiento (actas, contabilidad, burocracia...) que necesita de unas cuatro o cinco personas dispuestas a pringarse también con esto.

Aparte del esfuerzo económico, hay que tener en cuenta el desgaste que puede producir el enfrentarse a la redacción de los estatutos. Pese a la existencia de modelos, habrá que discutir para sobre el contenido de los mismos. Si todos los interesados vivieran en un mismo ámbito geográfico, la cosa sería relativamente sencilla; pero si hay gente de diversos lugares de España, el proceso de redacción del texto definitivo puede llevar semanas, si no meses.

Por otra parte, cuando ya estén los estatutos, el acta fundacional, el pago de las tasas... hay que esperar a que la Administración comunique su decisión sobre la legalidad o no de los estatutos. Cuando fundamos Ars Ludica esto tardó un año. Luego vendrían las guerras de conseguir un CIF para la asociación; comprar los libros (actas, socios y cuentas) o, en su defecto, hacer todo el trámite para que concedan una firma digital a la asociación con la que marcar los libros electrónicos; y pagar las tasas del Registro Mercantil para que te den cita y lleves los libros a sellar. Creo recordar que en la Comunidad de Madrid el proceso es más o menos éste.

Ah, y no nos olvidemos que la asociación debe contar al menos con Presidente, Vicepresidente, Secretario y Tesorero. Quieras o no, quienes ostenten estos cargos deberán pringar bastante más que los demás en el trabajo ingrato de mantenimiento de la asociación; un trabajo que puede ser cualquier cosa menos friki. Me refiero a papeleos que hay que redactar, firmar y presentar. Sobre todo en estos cuatro cargos hace falta gente comprimetida, altruista y con ganas de remangarse la camisa hasta los codos para trabajar.

Por eso, y resumiendo, primero me centaría en echar a andar el grupo humano y cuando se vea que la gente mantiene las ganas iniciales, sólo entonces, iniciaría los trámites de legalización de la asociación. Por usar una metáfora, antes de comprar una cantimplora deberíamos saber si encontraremos agua con que llenarla.

Por favor, no penséis que intento desanimaros, o que opino que las ideas que están surgiendo sean malas. Simplemente digo que habria que dar algunos pasos consistentes antes de meterse en el considerable embrollo de fundar una asociación.

Salud.